sábado, 16 de junio de 2007

Nuevas cadenas para el control de los ciudadanos: La publicidad por el móvil.


En enero ya comentamos aquí, en el post "Queremos más publicidad", una noticia de ABC con el titular siguiente "Los más jóvenes, a favor de recibir publicidad en su móvil". Y las cifras no eran pequeñas: más del 90% (¡¡!!) estaban dispuestos a recibirla a cambio de descuentos en la factura o puntos de fidelización.

Nos recordaba aquel grito contra la libertad con el que una parte del pueblo recibió a uno de nuestros más impresentables monarcas absolutos, Fernando VII, al final de la Guerra de la Independencia.

¡¡¡¡VIVAN LAS CAENAS!!!!


De nuevo el tema ha vuelto a la prensa estos días, pero ahora con proyectos inmediatos. Lo he leído en El País del martes 12 y el jueves en 2ominutos con el título Marketing de proximidad: ¿invasión o información?.

"Las grandes marcas comerciales
se lanzan a la publicidad por el móvil".

"Los anuncios llegan al teléfono por bluetooth
cuando el usuario pasea o entra en un local".



  • Se la llama "Publicidad por proximidad".
  • "Va a suponer una revolución por su grado de eficacia". "Puedes segmentar a los clientes atendiendo a criterios geográficos, temporales o incluso de perfil sociocultural: quién pasa, por dónde pasa, a qué hora, con qué tipo de móvil"
  • "Puede plantear problemas de intromisión" (¿alguien lo duda?). "Por eso hay que mimar al cliente".
  • Ya conocemos cómo: "incentivando al abonado del móvil para que reciba publicidad a cambio de un descuento en su factura telefónica o el regalo de descargas gratuitas y otras promociones"
  • Tenemos ya un ejemplo: Coca Cola (cómo no) ofrece como cebo descargar vídeos con goles de Ronaldinho.

¿Hay vida más allá de la publicidad?. ¿No hay otra forma de ocio que no sea NEGocio?. ¿No es un camino más a la barbarie cultural?. ¿Nos resignamos al "¡Vivan las caenas!"?.

Para una reflexión sobre el teléfono móvil en nuestra sociedad tienes que leer el magnífico artículo de Gabriel Cocimano "El móvil, una prótesis personal para la sociedad individualista", publicado en nuestra admirada ConsumeHastaMorir.

Después de redactar esto, mi amigo Jesús Piñuela me recuerda en un correo la frase de Saramago en El País del 14: " El mundo es un horror, la vida un desastre. Pero todo se puede cambiar".



3 comentarios:

  1. Yo, como tengo gafas, estoy temiendo que firmen un convenio entre las ópticas y las multinacionales que me obligue a ver la realidad llena de logotipos, que estarían impresos en los critales graduados. ¡Un momento! Estoy viendo una imagen de Nike en mi cristal izquierdo. Voy a intentar borrarla. Ahora vuelvo.
    Un abrazo.

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  2. No des ideas, Juanjo, que en esta partida todo vale. Siempre que sale el tema de las gafas recuerdo mi pesar por no haber tenido el reflejo de darle al Red-Play para grabar las imágenes de la primera contrarreloj de un Tour (cuando conservaba algo de inocencia) en el que de forma "casual" se reflejaba en las gafas de varios corredores el logotipo de Tissot.

    Un abrazo, Director. Vigilaremos el paso de las palabras a los hechos, así que ten cuidado, jaja.

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  3. Jejeje, vigile usted, vigile. Hay otra posibilidad que no la han explotado aún. Publicidad en los sueños: te duermes y empiezas a ver marcas... O publicidad en huesos y órganos. Te haces una ecografía o radiografía y salen logotipos. Nada Ángel, que es u mundo que está por explotar. Son poco invasivos en el fondo.

    Utilizo este post tuyo para responder a un meme.

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