miércoles, 1 de agosto de 2007

Bergman y Antonioni. Dos maestros del silencio.

Murió Bergman, ha muerto Antonioni. Dos de los grandes maestros que a muchos nos abrieron otros mundos en lejanas sesiones del videofórum Fecum de Salamanca. Allí, acompañados de la mirada privilegiada de otros maestros como Fernando Lara, Diego Galán o Juan Antonio Pérez Millán, aprendimos a amar el gran cine.

Conocida la noticia, el recuerdo me ha llevado a este plano secuencia de El reportero (The passenger, 1975).
Las palabras que Jack Nicholson, protagonista de la película, dijo en la entrega del Oscar especial a Antonioni en 1995 resumen perfectamente su legado:

"En los espacios vacíos y callados del mundo, él ha encontrado metáforas que iluminan los sitios silentes de nuestros corazones, y hallado en ellos, también, una belleza extraña y terrible; austera, elegante, enigmática y obsesiva"
El plano secuencia dura poco más de 6 minutos y no pasa casi nada, pero es eso, la nada, el vacío, la radical soledad de la existencia, de la muerte, lo que Antonioni refleja en esta magistral secuencia.
Si eres joven y aún no has visto nada de Antonioni, debes cancelar primero toda fuente de ruido interno o externo, ampliar la pantalla y abrir bien los ojos. Como leer un poema.




Que os guste. Comprobaréis, si os ponéis detrás de la cámara, que la forma -el silencio, la lentitud, un solo plano- es consustancial al contenido. Sobran los virtuosismos técnicos de inventos posteriores como la steadycam.