lunes, 22 de enero de 2018

Hasta las narices del Amodio de Campofrío, las 15 Reinas de Pescanova y toda esa publicidad disfrazada de buenas intenciones

Como corderos atontados. Imagen CC0 
A esta entrada le estaba pasando lo que a muchos de los proyectos navideños: apartada por otras urgencias, seguía en el horno a medio guisar. Pasado el furor consumista de la Navidad, como que perdía algo de actualidad, y ya tal.

Y en ese impás estaba hasta que vi el tuit de mi admirada Garbiñe, @garbinelarralde:


Y aquí que me tuve que venir, ¡¡¡¡con todo lo que tengo que hacer en el mes de enero!!!!.

Pero se lo agradezco, claro, porque es un tema que me preocupa cada vez más. El marketing y la publicidad mueven muchísimo dinero, y con él, la creatividad de grandes profesionales muy muy despiertos y cualificados, que saben otear por dónde van las brisas y los vientos sociales, para subirse a la ola más grande.

Y con un solo y único propósito: servir a su señor, es decir:

VENDER,  VENDER Y VENDER

Y un solo principio:
TODO VALE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN, 
TAPARSE LAS VERGÜENZAS 
Y METERSE EN LAS CONCIENCIAS.  

Antes de seguir: con productos tóxicos, y la publicidad lo es en grado sumo para el huerto donde cultivamos nuestros deseos más hermosos, hay que ponerse siempre unos gruesos guantes y las adecuadas gafas críticas.

De lo contrario, nos contaminan y podemos caer en la trampa de viralizarla, que es el sueño húmedo más buscado por los creativos del marketing y la publicidad. Y las empresas que les pagan, claro: la difusión gratis total.


Bien. Pues ahora veamos los spots de los que quiero escribir. Se trata de uno de los formatos publicitarios con más éxito y viralidad en los últimos años: la publicidad disfrazada de preocupaciones sociales y buenas intenciones.

 Mientras los ves, analiza el postureo de cada una de las marcas coqueteando con determinados valores sociales. Y, a la vez, te vas preguntando por qué y para qué.  Solo con detenernos un poco a mirar desde el otro lado, teniendo muy presentes los propósitos y principios arriba señalados, se empiezan a descorrer los velos y mostrarse las trampas.



Y ahora el spot de David Pérez Villena, @dantethx70. Aunque me sonaba al buenismo hueco de los vídeos anteriores, pensaba que podría haber algún tipo de intervención por su parte en el texto. Busqué el anuncio original, y nada, todo igual. Bueno, menos la música de fondo.




Quiero entender que ejercicios como este son de mero aprendizaje personal de las formas de dicción, edición y montaje de audio, con un micrófono adecuado, claro. Tiene su mérito, por supuesto. Pero poner a hacer esto a los alumnos así, sin más, sin enseñarles a cuestionar el monólogo publicitario, solo puede ser un camino, muy LOMCE por ciento, para asentar dócil y acríticamente a los alumnos  en la ideología dominante, y, en lugar de ciudadanos críticos que se hacen preguntas, instruirlos  como sumisos empleados.

No es que lo proponga directamente David Pérez, ¡cuidado!, pero hay que decirlo alto y claro para despistados que confunden innovación con cacharreo.  Por eso salté cuando empecé a ver retuits y retuits del de Garviñe. Pocos retuitearon, por cierto, su aclaración posterior. 

Ahora vamos con el engendro de Campofrío.


AMODIO, EL ARTEFACTO PUBLICITARIO DE CAMPOFRÍO

Cuando estaba en los inicios de esta entrada estuve buscando voces críticas en la web sobre esta peliculilla, y, después de mucho buscar entre la hojarasca acumulada en las primeras pantallas de Google,  solo encontré algunas páginas que cuestionan el spot desde el actual problema catalán, al que las referencias y alusiones son más que evidentes.

Voces "críticas" como esta se centran en barrer para casa exagerando el cuestionamiento (¡¡Destrozan, jaja!!) de la apuesta del macrospot por su apuesta por la equidistancia, por la vía intermedia. 

En ella se sitúan, ya lo sabemos, personas tan sensatas como la propia autora del spot, Isabel Coixet, y varios de los personajes vapuleados por los agitadores de banderas como nuestro Joan Manuel Serrat o la misma Isabel Coixet.

Después, cuando retomé la entrada, volví a buscar y encuentré alguna otra, como esta de la página 34 del buscador, publicada el 2 de enero:



También me crucé en Twitter con este tuit que pone el dedo en el lugar exacto: "falsos anuncios navideños que mueven emociones":



Salvo este tuit (no los comentarios del hilo, que dan mucho que pensar)  son pocas, muy pocas, las voces críticas. Ninguna he encontrado dedicada a DESTRIPAR el costoso entramado publicitario que ha desplegado la marca. 




RESULTADO: GOLEADA. Campofrío ha conseguido estar en boca de todo el mundo, tanto de los medios, como de los particulares, que lo han retuiteado y wasapeado a placer, confesando sin pudor su emoción. Y sin cobrar nada a cambio. Vamos: una emocionante viralización.

Tenemos ahora que recordar, para no olvidar entre pañuelo y suspiro, el FRÍO CÁLCULO de la empresa a la hora de plantearse FINES y MEDIOS:

VENDER, VENDER, Y VENDER

TODO VALE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN, 
TAPARSE LAS VERGÜENZAS 
Y METERSE EN LAS CONCIENCIAS.  

Se han gastado un pastón, primero para hacer este macrospot, pero después, y sobre todo, al contratarlo en todos los medios, con innumerables repeticiones, muchas con su larguísima duración. 

Si querés alucinar un poco haciendo cálculos, Oblicua te lo pone muy fácil (imagínate a tus alumnos haciendo cálculos con la publicidad que ven. Chulo, ¿verdd?))

Pues bien, gastándose toda esa pasta no hubiera sido suficiente para dar la campanada. Era necesario dar un fuerte golpe en la diana para conseguir convertirse mediante la VIRALIDAD, en un pequeño fenómeno social.  Y lo consiguieron:
¡¡¡BINGO!!!. 

Y, ya subidos a la ola, los creativos se propusieron hacer lo que no se les quería permitir a los catalanes: nada menos que ¡¡¡ UN REFERÉNDUM!!!, . Y con unos resultados muy igualados, como en Cataluña. Eso sí, sin notario alguno. ¿Para qué, si era una chorrada?

Vale, sí, todo muy cuqui y muy chachi, pero alguien tiene que pagar todo este despliegue de marketing y publicidad. Mucha gente, mucha neurona, mucha, pero que mucha pasta. ¿Cuestión de escala?

Es decir: ¿vender más mercancía y solo con eso cubrir estos sobrecostes?. Si eres de los que se han emocionado viendo el artefacto, es posible que te lleves una sorpresa. Pero lo vemos más abajo. 

Antes de ponernos a destripar el producto/artefacto, necesitamos algunos datos sobre la empresa para posicionarnos adecuadamente en el análisis.


(si te atreves, esto sigue aún un trecho, jeje)


miércoles, 10 de enero de 2018

De cómo huye la publicidad cuando el futuro no se disfraza de tecnoutopismo. A propósito de la nueva revista de eldiario.es.




En diciembre recibí como suscriptor este nuevo número de la revista, centrado en el aspecto más urgente y alarmante del enorme puzle de problemas interrelacionados que pende sobre el futuro que nos espera: el cambio climático. 

Y, frente al número anterior, analizado en la entrada anterior,  esta vez el equipo de eldiario.es se ha puesto las pilas y  ha evitado ponerse a soñar sin fundamento o, al menos, sin el fundamento que condiciona todos los sueños en un mundo al borde del colapso: la nueva religión del utopismo tecnológico.

El mismo Ignacio Escolar,  en el artículo que abre la revista pone el contrapunto a lo que latía bajo la mayor parte de las colaboraciones del número anterior, y que, por cierto, tan propicio resultó para atraer la publicidad de los mayores contaminantes de nuestro país:
"¿Ayudará a parar el cambio climático una tecnología tan avanzada que sea indistinguible de la magia? Ojalá fuese así, pero apostar el futuro de la humanidad a que nos toque la lotería es tan estúpido que solo se puede entender desde el egoísmo o la ignorancia."
Pues sí. Esta vez han sabido estar a la altura, y han convocado a los que saben del tema y no se andan con rodeos tranquilizadores sobre lo que nos espera.

Destacan, entre otras colaboraciones, las de estas dos autoras: Yayo Herrero y Noami Klein. Y a ellas  les que acompañan un buen puñado de expertos en las múltiples facetas y manifestaciones del cambio climático. No todos valoran la gravedad del problema con la misma intensidad,  y tampoco coinciden en las soluciones, dentro o fuera del sistema. Pero saben de qué escriben


A medida que recorres el número, te vas encontrando con frases como estas (las negritas son mías): 

"La magnitud del desafío es tal que sería preciso decretar un período de emergencia y excepción para aplicar medidas urgentes" (Yayo Herrero) 
"Hablamos del futuro de una manera muy imperial: como algo que "llega". Pero el futuro es algo que ya ha llegado a todos los rincones del planeta, aunque no lo hayamos identificado aún" (Naomi Klein) 
"!Ya es demasiado tarde! Al menos es demasiado tarde para salvar el medioambiente. Pero no es tarde para todo, y hay diferentes grados de desastre" (Naomi Klein) 
"No hay ninguna garantía de que la especie humana (...) pueda adaptarse de forma similar a estos cambios climáticos" (José Luis Pelegri) 
"No parece que quede tiempo, pero..." (Adrián Escudero) 
"Para alcanzar el objetivo de estabilización de 1,5º [Cumbre de París] solo podríamos emitir 400 gigatoneladas, esto es, unos 10 años con las tasas de emisión actuales" (David Barriopedro) 
"Es el mayor reto al que se ha enfrentado nuestra civilización" (David Barriopedro) 
"Curiosamente, necesitaremos algo muy parecido a un milagro para salir del atolladero (...) La clave está en reconocer en lugares como Mauritania la fotografía del mundo que seremos y actuar en consecuencia" (Gonzalo Fanjul) 
"La situación es tan crítica que nuestro rango de prioridades ha cambiado. Ya no hablamos tanto de mitigación como de adaptación. (...) Estamos en una nueva fase: la del sálvese quien pueda" (José Luis Gallego) 
"Debemos prepararnos para responder, desde el sonrojo y la vergüenza, a la incómoda pregunta que nos harán cuando lo que sabemos suceda: ¿por qué no hicisteis nada para evitarlo?" (José Luis Gallego) 
"La situación es extrema (...) Hace falta cambios profundos en un modelo económico cuya principal víctima somos nosotros" (Juan López de Uralde. EQUO)

No hace falta desarrollar mucho la última de las frases para entender de qué estamos hablando: de un modelo económico sustentado sobre la desigualdad y con un motor productivo desbocado, sin freno que lo pare. Es el crecimiento económico a toda costa y al servicio del beneficio privado e inmediato. Y tiene un nombre: CAPITALISMO.

Y claro, CRECIMIENTO, SOCIEDAD DE HIPERCONSUMO y PUBLICIDAD, van estrechamente de la mano. 

Así que de nuevo vamos a echarle un vistazo a la publicidad de la revista, comparándola con la del número anterior. 




¿Y CÓMO VA LA PUBLICIDAD EN ESTE NÚMERO?

Contraportada de la revista

Esto que veis es el ÚNICO ANUNCIO que podríamos llamar "del mercado". Recordemos que en el número anterior eran nada menos que 31 ( quitando ONGs y productos culturales, 26)

Junto al portal inmobiliario, con un nombre y color que no desentonan aparentemente con los de la revista, el resto de anunciantes se reduce a estos:
  • 6  de autopromoción del propio eldiario.es 
  • 3 de medios amigos (La Marea, Alternativas Económicas y Mongolia)
  • 1 de ONGs (ACNUR)
Y una de dos: o no se ha querido contar con publicidad para evitar distorsiones, lo que dudo muchísimo; o son los propios anunciantes quienes han salido despavoridos cuando les dijeron el tema de la revista y algunas de las firmas.

 Todo esto no hace más que confirmar lo que defendí en el estudio de la entrada anterior: 

Captura de pantalla de la presentación.




ALGUNAS CONCLUSIONES

 Para no repetirme demasiado, añado algunas capturas más de esa presentación:




Cuando terminé la entrada anterior me quedó cierto poso de tristeza frente al valiente proyecto de Ignacio Escolar y su equipo de eldiario.es, a los que vengo apoyando desde hace tiempo. La propia revista, la evolución de algunas secciones, y el tratamiento de algunas informaciones, me hacían temer que estuviera en camino de seguir los pasos de El País y sus juegos de manos para ser durante décadas nuestro diario de referencia (antes de llegar a ser el fantasma bancario que es ahora).

Pero no, esta revista se sitúa de nuevo en línea con los mejores números de la serie, y nos hace sentir cómodos participando con nuestra cuota en su independencia, el único camino para hacer "periodismo riguroso y con valores sociales". 

De nuevo dos capturas de la presentación: 





Por cierto, en un tuit, y en la propia presentación,  le comenté esto a Ignacio Escolar, @iescolar:



Es posible que me leyera y me haya hecho caso, porque ya está localizable en el índice el blog "Última llamada", el blog que habla de lo que nadie en los medios se atreve a hablar sobre lo que se nos viene encima:


Cierro esta entrada con esta otra de Última llamada,  que deja todo bastante claro: