Si no combatimos los perversos efectos del bombardeo publicitario nos puede pasar lo que recogen esta viñeta:
El simple hecho de pararse a pensar en ello y escribir algún comentario mínimamente meditado es ya un paso importante. Algunos ciudadanos van un poco más allá y utilizan las asociaciones de consumidores para denunciar los abusos de las empresas.
En los países democráticos los políticos saben cuándo los ciudadanos están sensibilizados por estos temas y tomas soluciones directamente. En lugar de hacer de multiplicadores de la toxina publicitaria como ha hecho nuestra ministra, adoptan directamente decisiones. En EE.UU., la patria por excelencia de la libertad de empresa, ciudades como New York o Chicago están tomando decisiones tan importantes como ésta sobre las grasas trans y sus peligros para la salud.
Otra forma de afirmar la propia independencia y salud crítica es utilizar las propias armas de la publicidad para darle la vuelta. Es la contrapublicidad. Tienes varios enlaces muy interesantes aquí al lado. De ellos he sacado algunos ejemplos interesantes. Hay muchos más.
Me parece loable y sumamente interesante tu blog y los contenidos que incluyes en él. Soy profesor de Dibujo y uno de los responsables del Blog Iguales en las Tres Mil. He trabajado mucho en la asignatura de Educación Plástica y Visual el campo de la publicidad y he realizado con los alumnos y a lo largo de estos últimos años infinidad de actividades y ejercicios. Con respecto a Burger King, me asaltó la misma duda en cuanto a publicitar aún más el susodicho anuncio "troglodita". Preparé una entrada con el vídeo de You Tube pero al final la desestimé pues en el mismo día venían amplias reseñas en la prensa local y nacional. Lo que tú dices: mucha publicidad gratuita que no se merecen.
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