Ahora, en la resaca de las fiebres consumistas del solsticio de invierno, es un buen momento para restregarse los ojos y seguirnos preguntado con El Roto si sólo hay una dirección, si "las cosas son porque son, y no hay más vuelta".
Más aún si coincidimos con Bernard Cathelat en que "La publicidad no es sólo discurso comercial, sino también discurso político, discurso social, discurso moral, y siempre discurso ideológico".
Tendremos que recordar la cita de Vaclav Havel sobre la esperanza que nuestros amigos de Iguales en la Tres Mil incorporaban el otro día.
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pues sí, aunque parezca mentira, muchos jóvenes, especialmente los jóvenes están a favor de recibir publicidad, creen que es una manera de estar informados de lo que pueden consumir o comprar.
ResponderEliminarfelicitaciones por el blog!
Gracias, Cristina, por el comentario y la felicitación. Acabo de visitar tu blog y te he dejado un comentario en la entrada. A ver si seguimos en contacto.
ResponderEliminarY sí, la publicidad tiene la fuerza de un potente virus tóxico contra el que no es fácil desarrollar vacunas. Un saludo.