viernes, 15 de octubre de 2010

La publicidad nos corta las alas y nos llena de aire el cerebro





Libertad, rebeldía, amistad, amor, ... Palabras hermosas pervertidas por la publicidad. Las dos imágenes anteriores forman parte de los ejercicios que sobre medios de comunicación tienen que trabajar mis alumnos de CC.SS. de 4ºESO dentro de la unidad didáctica inicial, "¿Quiénes somos, qué problemas tenemos?"

Ya escribí aquí sobre la perversión de las palabras por la publicidad. Cuando trabajas con adolescentes puedes apreciar bien el lastre en que se convierten para ellos esas hermosas palabras mutiladas. Es el momento en que, al madurar neurológicamente, los conceptos abstractos que encierran estas palabras comienzan a germinar en sus mentes para ayudarles a emanciparse como personas y ciudadanos, y a soñar con mundos ideales que contrastan con el mundo zafio y feo que les legamos los mayores.

Dudas también si, al ir tan a contracorriente, es posible cambiar un poco las cosas. Porque la publicidad sabe encauzar como nadie nuestros mejores deseos, aunque sea a base de cortarnos las alas y llenar de aire nuestros cerebros. Cirugía sin dolor.

4 comentarios:

  1. Sobre la manipulación del lenguaje a todos los niveles, recomiendo este libro de Irene Lozano

    EL SAQUEO DE LA IMAGINACIÓN

    Fue muy divertido ver cómo se merendaba dialécticamente al Marqués de Tamarón y a Sánchez Dragó en el programa de este último en Telemadrid.

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  2. Gracias DDAA, a pesar de mi retraso. Siempre me interesan mucho tus recomendaciones.

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  3. Tomo prestadas tus palabras para un pequeño debate de inicio del tema de la publicidad. Empiezo esta semana con los bachilleres.

    Voy a escribir esta frase en la pizarra para que piensen, antes de decir nada.

    "La publicidad puede cortarnos las alas y llenar de aire nuestros cerebros. Cirugía sin dolor" (Ángel Encinas)

    Gracias por tus reflexiones.

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  4. Incluir el "puede" es abrir la puerta a la posibilidad del cambio de la mano de la educación crítica. Necesitamos creerlo.
    Gracias por todo, Lu.

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