Si estás interesado en la alfabetización mediática, te interesa.
Te ocupará menos de 15 minutos.
- Mira con atención este interesante vídeo sobre la educación y la escuela.
- Si te da por procrastinar un poco en este momento, no reenvíes el vídeo por ningún medio. Por favor. Luego entenderás por qué.
- ¿Ves alguna contradicción en el vídeo?, ¿algo que chirría?. Será bueno que utilices lápiz y papel.
- Si algo te intriga, por pequeño que sea, ¿qué deberías hacer a continuación?
- Hazlo.
- ¿Te das por satisfecho?, ¿te tienes por un profesor crítico alfabetizado en medios y capaz de ayudar a tus alumnos?. Respóndete a ti mismo/a
- Lee el artículo que viene a continuación.
Pues sí: hay veces en las que recibes gozoso una lección que te saca de tu zona de confort y te recuerda que nunca puedes bajar la guardia con los medios. No son pocos los conocimientos y personas que hay detrás de ellos para aplicárnoslos y convertirnos en corderos sumisos. Como mucho, están dispuestos a dejarnos llevar el crotal de cordero bravo, pero cordero, que luciremos con gusto.
Esto es lo que he experimentado cuando he leído y mirado este artículo de Diego y Ana, unos soñadores en una escuela y un mundo mejor que pisan tierra y recorren mundo en bicicleta con Jara, su hija de 2 años. Su proyecto: Esto no es una Escuela
No había visto el vídeo, pero seguramente no habría reaccionado como ellos dos. Me habría tocado la fibra de mis intereses y preocupaciones dejándome, como mucho, un ligero desagrado por lo individualista y demasiado general del alegato, por el uso de estereotipos, por esa estética tan de videoclip...
Y poco más.
Seguramente lo hubiera publicado en Twitter con un pequeño comentario en esa lucha en la que muchos estamos empeñados contra la perversa LOMCE, la ley del eficientismo cuantificador.
Habría bajado la guardia, sí, como tantas veces.
Habría bajado la guardia, sí, como tantas veces.
Por eso he pensado que se podía convertir en una buena actividad práctica de alfabetización mediática para todos nosotros los profesores. Y comprobar de nuevo entre todos la importancia de implantarnos en la mirada, como una lente virtual, el filtro de la sospecha crítica, esa que nos hace formularnos preguntas; esa que debe movernos a la indagación y búsqueda de respuestas a las preguntas que nos formulamos; esa que nos impida bajar la guardia aunque estemos ahítos de información.
Solo si nosotros mismos aprendemos a mirar críticamente los medios, podremos ayudar a nuestros alumnos a hacer lo mismo.
Permitidme que traiga aquí como propios algunos párrafos de este interesantísimo trabajo:
En nuestro mundo hipertecnológico, bulímico de información, los lobos han tenido que aprender a disfrazarse de corderos de formas muy complejas. Y hoy en día el analfabetismo no tiene nada que ver con la lecto-escritura y la aritmética, sino con el procesamiento y discernimiento de la información, especialmente la visual.Ahora, más que nunca, es esencial aprender a leer las claves de nuestra cultura desde una perspectiva crítica. A los y las que ya tenemos nuestros años, el lenguaje de la sociedad de la información a veces nos puede sobrepasar. Pero no debemos dejar de aprender para que no jueguen con nosotros.
Además, si estamos relacionados con el mundo de la educación, debemos hacer un doble esfuerzo, porque ya se ha convertido en un nuevo campo de batalla donde hay muchos interesados en sacar tajada. Y utilizarán cualquier estrategia, incluso apropiarse de nuestro discurso, como sucede siempre cuando se vislumbra oportunidad de negocio.
El mercado no duda en apropiarse de los mensajes disruptivos para neutralizarlos, como cuando durante la caída del bloque soviético nos llenaban el armario de camisetas con la hoz y el martillo.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Ángel.
ResponderEliminarNo he tenido tiempo de comentar, pero hoy, tras releer de nuevo y más reflexivamente el impresionete y lúcido artículo de Diego y Ana -que me ha dado toda una lección mediática- lo hago con más calma. Efectivamente, era sospechoso un vídeo con una factura tan profesonal e impecable, no al alcance de cualquiera, pero sin embargo, como suponpo a tantos y tantas colegas, me dejé llevar por los "fuegos de artificio" de las primeras impresiones y lo compartí sin más, aunque me reservé hacer valoraciones sobre él, precisamente proque algo no me terminaba de cuadrar ni llegaba a imaginar quienes estaban detrás de él y con qué otras intenciones ajenas a transformar al escuela y la educación. Está claro que, como en los contratos y demás parafernalias promocionales, hay que ller la letra pequeña y desconfiar por sistema de estos productos "estrella" que buscan la viralidad difusora por la vía rápida. Muchas gracias, el post y el artículo son toda una lección mediática y un tirón de orejas que debe hacernos estar más alertas si cabe ante este tipo de fenómenos que con tanta frecuencia invaden como la espuma las erdes sociales.
Cómo lo sabes, apreciado Manuel. Como comento en la entrada, lo recibí como tú, como una buena lección o tirón de orejas (y ojos¡).
ResponderEliminarLástima que nuestro poder para contrarrestar sea el de una hormiga.
La esperanza es que seamos muchas hormigas y podamos horadar la cerca.
Hola Ángel, como tantas veces, muchas gracias por descubrirme cosas.
ResponderEliminar¡Cuánto tiempo, amigo! Gracias a ti por pasarte por aquí. Un abrazo
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