Una de las ideas en las que suelo insistir es que ponerse detrás de la cámara cuando vemos imágenes en movimiento, no solo es la mejor forma de hacer consciente el código y enfrentarse al sueño de la razón, al que con mucha frecuencia nos conducen (la gran mayoría de los spots publicitarios, por ejemplo). Es también otra forma de mirar y ver que nos lleva a un nuevo nivel en el disfrute de la cultura. Nadie ve la misma película cuando va al cine o mira la televisión.
El mejor ejemplo de esto que digo es el nuevo regalo que nos brindó Pl Segovia el mes pasado en esta entrada. Con ella complementaba esta otra dedicada ampliamente a la película El secreto de tus ojos, actualmente en cartelera.
Se trata de un plano secuencia de cinco minutos. Aunque está tuneada con recursos digitales, no tiene desperdicio. "Dos años de preparación, tres días de rodaje con actores y 200 extras, y nueve meses de postproducción" están detrás:
En los comentarios que aparecen en YouTube, CarlosMarquez3D comenta:
"yo trabaje en la simulacion de la gente 3d de toda la cancha, y le cuento que solo la gente que esta al lado de francella y darin son reales el resto, la tribuna algunos jugadores y hasta la pelota es 3d que tuvimos que hacer que pegara en el palo ya q` en la toma seguia de largo les cuento que la posproduccion de esta esena tardo 9 meses y en una oportunidad los chicos de compo trabajaron 4 dias seguidos si ir a sus casa, fue un gran trabajo y me siento orgulloso de haber sido parte
Gracias Ángel.
ResponderEliminarMe encantó la película. Su director es un maestro contando historias. La que más me ha emocionado es El hijo de la Novia.
He puesto en clase el plano secuencia y los alumnos también se han emocionado con su estructura y con su factura.
Un saludo y gracias.
Pedro
He contado con su edublog como un soporte interesante para la “Biblioteca online de recursos de Dibujo Espiral Cromática”, realizada para mi tesis, en la sección “Edublogoteca para Dibujo”. La dirección es:
ResponderEliminarhttp://sites.google.com/site/bibliotecaespiralcromatica/
Si considera que hay alguna parte significativa que deba destacar y no haya tenido en cuenta, me lo puede comentar en espiralcromatica@aol.com.
Muchas gracias. Un saludo,
Pilar Toro Prieto
Pues yo lamento discrepar de los elogios generalizados a esta secuencia, que me parece un alarde injustificado, tal como indiqué en la reseña que publiqué en La Bitácora del Tigre.
ResponderEliminarPor otro lado, desde el punto de vista de la verosimilitud, la secuencia es difícil de admitir. Encontrar a Gómez en semejante barullo es tan improbable como hallar la proverbial aguja en el pajar.
Todo lo cual no quita para admitir que se trata de una secuencia espléndida tanto por su planificación como por su realización.
Aunque no suelo realizar comentarios, sigo con atención tu blog, y aprendo muchas cosas de él.
En La Revista PREMIA (2do concurso interblogs)tu blog está ternado en la categoría Actualidad. Para votar y traer el enlace para que te voten tus seguidores ingresa a:
ResponderEliminarhttp://larevistapremia.blogspot.com
¡Suerte!
Gracias Pedro y Eduardo. No puedo opinar sobre la película, sencillamente porque no la he podido ver todavía. Son cosas que me pasan. Por eso mi comentario se ceñía a la secuencia, que, dentro de cierta artificiosidad, resulta un buen ejemplo para el propósito del post.
ResponderEliminarPilar: Gracias por la mención. Me parece espléndida la plasmación de una idea que compartimos: la realización de una biblioteca propia de recursos para el área que trabajamos. Sube corriendo a mi del.icio.us.
Silvia: muchas gracias por el detalle, pero a estas alturas no participo en tales eventos, al menos de forma directa.
La película está muy bien y toda la escena del estadio es espléndida, en general. No obstante, aparte de la improbabilidad de que dos personas encuentren al asesino dentro de un estadio lleno, he apreciado otro detalle que la hacen inverosímil: las porterías de la cancha en los años setenta todavía no llevaban esos postes por detrás que sujetan las redes; es decir: ahí tenemos un anacronismo evidente.
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