martes, 30 de octubre de 2007

Publicidad anti-alcohol o cómo malgasta la Junta de Castilla y León nuestro dinero

Nota previa: Si este post te parece muy largo (lo es), puedes seguir este atajo rápido y cómodo: mirando sólo las imágenes, pero diferenciando entre:
  • las que conoces y las que no.
  • las que te resultan interesantes o atractivas y las que te dejan indiferente.
  • las que pagan las marcas comerciales y las que pagan con tus impuestos (en realidad las pagas tú todas).
Si después tienes la paciencia de leerlo, me interesará mucho tu comentario.



Estos días nuestra ciudad se ve inundada (de nuevo, como siempre) de publicidad tóxica de drogas legales gracias a la gentileza de nuestro Ayuntamiento, que para eso puso mamparas y soportes varios por toda la ciudad:





No faltan, por supuesto, a su cita en parques infantiles, institutos y colegios de la ciudad:


Parque infantil de La Alamedilla (Salamanca)


IES García Bernalt (Salamanca)

Por si no os habéis fijado bien en la parte superior de los soportes, os lo amplío:



Los podéis ver también junto a viales rápidos o en las salidas de la ciudad, seguramente para calentar el ambiente. Los que visitáis este blog ya conocéis desde hace algún tiempo este lugar de salida de tres carreteras generales (Zamora, Toro y Valladolid).




En alguno de estos soportes nuestra Junta de Castilla y León ha contratado anuncios como los que tienes a continuación:




También han llegado a las paredes de nuestro Instituto (esto sin pagar):




Ahora os pido un momento para que miréis con detalle las dos campañas y las comparéis fijándoos en detalles como estos:
  • La opuesta percepción global de los elementos formales de la imagen:
    • Las del whisky producen una sensación de agrado debida a la calidez tonal, a su escaso contraste, al reducido nivel de iconicidad de las figuras centrales, así como la cursiva de la grafía de Wallantine´s.
    • Las de la JCyL provocan desagrado por la frialdad tonal del B/N, la abundancia del negro (más del 50%), y el contraste excesivo de las fotos, algunas de ellas claramente quemadas.
  • El contraste de los argumentos verbales de ambas campañas:
    • Los del whisky apuran la vía emocional de afirmación ("Vive una impresión").
    • Los creativos de la JCyL se lanzan por una vía racional de negación ("Con alcohol no tiene sentido") .
  • El contraste entre los argumentos visuales :
    • El whisky, con la ayuda de pequeñas imágenes dispuestas sin orden por la superficie, busca re-vivir "impresiones" asociadas en el recuerdo a personajes que son referentes generacionales de los años 60 y 70 como Steve Mc Queen (cine, chicas, motos, coches) o Bob Dylan (guitarra, armónica, entradas, Vietnam, peace). La botella del licor se une como un objeto más a esta fiesta referencial, y además se transmuta en la "i" de "impression" .
    • Personajes y objetos son referentes de un pasado mítico, tan remoto e idealizado como una parte de los destinatarios a los que se dirige, los adultos por encima de los 40. Los jóvenes tampoco son olvidados: pueden valorar la suavidad de un whisky afinado por el envejecimiento (un valor, por una vez).
    • La JCyL, al contrario, apuesta por imágenes de jóvenes solitarios, serios, tristes o en actitudes agresivas hacia el otro género, tratando con ello de re-vivir otras "impresiones", las del final de la fiesta o las del mal rollo asociado a la intoxicación etílica.
    • Curiosamente, el objeto del delito, la botella de licor, brilla por su ausencia. Tan sólo los vasos de una de las imágenes nos recuerdan la existencia del líquido.
Hasta aquí todo parecería muy bonito, muy correcto, bienintencionado, responsable, institucional, etc. Vamos, lo propio de unos poderes públicos preocupados por un tema importante que afecta a la salud y el bienestar de los ciudadanos a los que representa.

Pero algo no funciona y pone en evidencia la profunda hipocresía de unas instituciones que quieren colar a sus representados mercancías defectuosas a precio de mercado.

¿Por qué?. Muy sencillo: los creativos de publicidad saben desde el primer año de carrera algunos conocimientos elementales:
  • La vía emotiva, propia de la comunicación audiovisual, es la más efectiva a la hora de modificar conductas. Siempre estará en condiciones muy superiores a cualquier campaña que utilice la vía racional del lenguaje verbal.
  • Siempre serán más efectivas campañas que movilicen emociones y sentimientos positivos, que las que busquen provocar lo contrario.
  • Una buena campaña no vende directamente, ni "objetos", ni "servicios", y menos "conductas". Debe vender "sueños", "identidad","prestigio social", etc.
  • Cuando se quiere vender algo de forma directa valorando la vía racional, se debe utilizar siempre argumentaciones afirmativas, evitando la negación, y menos de forma tan contundente como repetir varias veces el NO.
  • Por eso la efectividad de campañas negativas, duras y desapacibles como la de la JCyL, dependerá fundamentalmente de no tener que competir con campañas positivas sobre el mismo asunto. En condiciones de igualdad, son guerras perdidas, con total seguridad.

Tenemos que preguntarnos a quién puede interesar, a quién puede convencer (que no esté previamente convencido) una campaña tan negra como la de la JCyL, cuando tiene que hacer frente a la avalancha de emociones positivas que nos prometen la multitud de anuncios tóxicos de nuestras calles, desde el recuerdo de pasados mitificados, a las promesas de desinhibición, fiesta, sexo y rock and roll.

Y, para remate, la ausencia de la botella de licor a muchos nos puede parecer que no tiene otra finalidad que la de evitar "mentar la bicha", no fuera que los de la mafia alcohólica se pudieran ofender. Muchos jóvenes posiblemente entenderían mejor esta campaña si su lema fuera: "No bebas garrafón. Consume sólo bebidas de marca, bebidas de confianza".

Comprueba todo lo que he expuesto en imágenes auténticamente críticas contra el abuso del alcohol. Es las contrapublicidad. Puedes ver muchos más ejemplos en la estupenda página de ConsumeHastaMorir, de donde proceden dos de ellas. Sus jóvenes autores si que saben perfectamente que a los jóvenes (y a los adultos) no se les vende alcohol, sino sueños, promesas e ilusiones. Y es eso es lo que hay que atacar. Ahí tendríamos la diana si realmente creyéramos en lo que decimos y estuviéramos dispuestos a pelear en territorio del enemigo.





Para terminar mi argumentación y este largo post os propongo analizar esta otra campaña institucional que también "adorna" nuestras calles:




Utiliza también preferentemente la vía racional, pero fíjate en las diferencias con la de la JCyL:
  • La percepción global de los elementos formales de la imagen provoca una sensación de agrado, tranquilidad y reposo: tonos claros y cálidos, bajo contraste, figura en plano medio y en la parte inferior, la de menor peso-tensión visual, .... El elemento que más dinamiza la composición es un texto visualmente potente al venir enmarcado y con inclinación ascendente.
  • Sin embargo, en la argumentación verbal de este texto y del resto no hay contundencia ("pueden"), y sí razones ("causas") y "mensajes tú" ("sin tu ayuda"). El NO está ausente por completo.
  • Y todo esto sin tener enfrente campañas que vendan salud con un halo de "sueños, promesas o ilusiones" asociados al consumo compulsivo de productos farmacéuticos.

Para "visualizarlo" adecuadamente (ante la ausencia de tales campañas), suponte que esta campaña institucional por un consumo racional de antibióticos tiene enfrente otras muchas, más ruidosas y persistentes, del tipo de éstas:
    • "Elimina las bacterias de tus sueños con amoxicilina"
    • "Con Keflex sentirás la primavera en tus pulmones"
    • "Bactrim te asegura la realización de tus sueños viajeros"
  • Eso sí, en todos los anuncios deberá recordarse esta frase presente en los envases: "Este antibiótico puede dejar de curar si no consultas a tu médico. Es tu responsabilidad".
  • ¿Cuál sería el resultado de la campaña institucional? Sencillamente: más beneficios para las agencias de publicidad amigas.

Llegados a este punto final sólo nos queda recordar el cinismo y la burda hipocresía del debate en torno a la intencionadamente mal llamada ley del alcohol que denunciamos en varios post (ver etiquetas en la barra lateral), y la pertinencia de un debate serio sobre la legalización de las otras drogas, tal como lo plantean ddaa y sus amigos en sus blogs.


P.D.
- Pensándolo y pensándolo bien, conocido mi relación con Dylan, ¿no debería tomarme un whiskyto para recordar los viejos tiempos?, ¿me lo estaré perdiendo?... Pero qué cosas se me ocurren, si a mí no me influye la publicidad.
- ¿Por qué me acordaré de aquello de "sí a la paz" (sin mención a Iraq, a la botella) en boca de los que estaban a favor de nuestra participación en la guerra de Iraq?. ¿Habré bebido?.
- Casualidades de la vida, PL SEGOVIA me envía esta interesante dirección sobre publicidad alcohólica en Argentina. Otros están peor, pero no es ningún consuelo. Compruébese qué es lo que se les está vendiendo a los jóvenes con la bebida alcohólica.

8 comentarios:

  1. ¡Absolut(amente) fantástico post! Para llevarlo al defensor del menor. Genial, Ángel, genial.
    Completito lo he leído dos veces. Las referencias a actores y actrices como en el caso de Steve McQueen ¿son gratis? ¿Les pagan a sus herederos?

    Un abrazo.

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  2. Sociedad esquizofrénica. El trastorno bipolar de este ayuntamiento que promueve/prohibe el consumo de drogas según quién sea el camello que vende el material. "Alcohólicos de 20 años", un duro titular de la prensa de hoy.
    Muy bueno tu análisis, como siempre.
    Saludos

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  3. Gracias Juanjo, gracias licantropunk, por vuestra generosidad.

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  4. Bueno. Llego tarde y leo admirado tu más que bien argumentado ( como siempre) post sobre las campañas publicitarias de Ballantine's y sus "homólogas" de JC y L. Lo de Ballantine´s me resulta conocido, con aquel montaje que hice entre la corona de flores del semáforo y el "Go Play Now". Has dejado con "el culo al aire" toda la hipocresía que rodea a muchas de estas campañas institucionales. Ciertamente los publictarios de muchas y conocidas marcas de bebidas alcohólicas son excelentes publicitarios porque, como bien dices y hemos comentado muchas veces, los anuncios no van dirigidos al bolsillo del consumidor ( comprar o pedir la bebida x) sino que van dirigidos -merced a una inteligente y audaz estratagema de mercado- a identificar la marca con sentimientos positivos y emociones placenteras, aunar en imágenes y eslóganes simples -pero de gran impacto- en la psique del consumidor, que en su insconciente se dice " esta marca sabe que me gusta Dylan, sabe que me gusta Steve McQueen, sabe que yo un día fuí rebelde. Ahora no lo soy, estoy casado, tengo hijos, soy funcionario, y estoy ...medio calvo. Pero no importa, con los amigos, en ese momento de fulgurante elección en la barra del disco bar o frente a la vitrina de Carrefour esos recuerdos y esas imágenes "emocionales" de aquella gloriosa juventud ( ese tono sepia de los iconos de los 60 refuerza ese valor de "nostalgia") afloran de tu memoria visual cuando las viste en las vallas publicitarias ( del ayuntamiento también aquí en Sevilla) de la cuidad o en la revista semanal que compras asiduamente. A lo mejor, como reacción insconsciente, al llegar a casa desempolvas un viejo vinilo de Dylan y por qué no.... te sirves un güisquito o te apetecería tomarlo. El hechizo está "consumado". Directo a la yugular del consumidor.
    Frente a esto, las tristes, confusas y repetitivas campañas institucionales antialcohol o antidroga son de todo menos efectivas. Los publicistas de estas campañas no han aprendido la lección. Lástima.
    Go play.

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  5. Ya es asombroso que los ayuntamientos utilicen el espacio público para llenarlo de contaminación publicitaria (es un misterio que la gente no proteste más por esto), pero la desfachatez de los gobiernos locales llega al límite cuando dedican estos espacios a anunciar drogas.

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  6. Gracias, Manuel, por tu generoso Comentario. Consigues poner carne mortal al destinatario final de estos anuncios. De los institucionales habría que pensar en serio en los destinatarios: no son los jóvenes, sino los propios clientes. Ellos no buscan vender otra cosa que la buena imagen de sus clientes, transmitiendo a los paganos electores la idea de que sus autoridades se preocupan seriamente de un tema tan grave. De ahí su "negro" contenido: mientras los jóvenes pasan totalmente de estos carteles, el votante adulto pensará que sus elegidos se preocupan "muy seriamente" del problema.
    No son pues, ni cortos, ni tontos. Ofrecen simplemente lo que el cliente les pide.

    ddaa, gracias de nuevo. En nuestra Salamanca, si no es por el Ayuntamiento, este tipo de campañas tóxicas no tendrían espacios para ocupar la calle. Parece evidente que fueron creadas para satisfacer sus demandas y, de paso, sacar un poco de dinero sucio. Qué desfachatez, cierto.

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  7. Estos anuncios a los xabales de hoy en dia de mi edad17 años nos da igual la publicidad ya que bebemos garrafon que las marcas que se anuancian por que esas marcas son muy caras para nosotros.

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  8. Hola Ángel pues aunque es un post muy bueno, yo creo que la publicidad del alcohol está muy avanzada porque ya ponen esta publicidad hasta en los partidos de baloncasto, en el suelo del campo y en los laterales que se suele poner publicidad, está casi toda dedicada al alcohol. Por lo menos en algunos campos, aunque no en todos.

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