Cartelería en los publivías y mamparas de media España.
¿No hay una contradicción en las campañas de FAD?, ¿de qué valen campañas publicitarias que apelan a la racionalidad ("¿Qué debemos hacer con el alcohol?") frente al lobby alcohólico que pervierte palabras apropiándose del sentido ("vida", "equipo", "pasado", "selva", "tribu", "cacique") y utiliza la retórica audiovisual para promocionar emociones al servicio del consumo del alcohol?
Ya hemos escrito aquí suficientemente sobre el tema (etiqueta Alcohol y publicidad). Publicidad como la de FAD apelando a las buenas razones o las campañas institucionales diciéndonos lo malo que es beber no son más que dinero gastado para el autobombo político y el lavado de conciencias.
Mírese al respecto lo que está pasando desde hace algún tiempo con la aplicación de la ley del tabaco, y no me refiero tanto a la limitación de los lugares donde se puede fumar, como a la dura restricción de su publicidad, promoción y patrocinio. Desde que se nos ha dejado de decir que fumando esta o aquella marca somos más aventureros y decididos, estamos más al día, nos miran mejor, y somos más modernos, fumar ha dejado de ser algo "cool", interesante y obligatorio socialmente, particularmente entre nuestros adolescentes. Parece que fumar ya no mola tanto ahora que han dejado de alimentar nuestro imaginario con promesas postizas.
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