Estos días tiene lugar el Salón de la Moto en Madrid al que le dedica una galería fotográfica el diario digital 20minutos.es . Aparecen allí fotos como ésta:
Nótese la perfecta correlación entre los colores de las motos y los de las modelos que posan sobre ellas. La intención va más allá del habitual estereotipo mujer-florero para adentrarse en el terreno de la carga sexual, y más teniendo en cuenta el sexo predominante de los que se montan en estas máquinas. ¿Te has fijado en cuántas mujeres hay ente el público?.
Nótese también que nadie, ni del público de las fotos ni del periódico digital, pone mala cara o cuestiona este detalle. ¡Qué ocurrencia la mía!, ¿verdad?, cuando es evidente que resulta "habitual", "normal", y no tiene por qué sorprender a nadie. Es lo que tiene la ideología dominante y su violencia simbólica solapada. Nos pasa lo mismo a todos nosotros con el aire que respiramos y a los peces con el agua en la que viven, que somos los últimos en enterarnos de su existencia.
La Galería de SuperMotor.com va un poco más allá y se atreve con algunos "comentarios ancla" como los siguientes:
- "¿Moto o chica?. Difícil elección"
- "Exhuberante (sic) imagen de la Piaggio Liberty"
Mirando por aquí y por allá encontré el blog Motorpasion con la entrada Dodge Girls en el salón de Madrid (se refiere al del automóvil del año pasado) donde el autor recoge unas fotos tan "expresivas" como ésta:
Y comenta:
"Pero sin duda, lo que más habrá llamado la atención y seguro habrá provocado fuertes subidas de testosterona a los visitantes del Salón Internacional del Automóvil de Madrid han sido sus Dodge Girls. Con un espectáculo así, ¿a quien demonios le importan los coche que habían por allí?"A no perderse los comentarios aparecidos en el post. Son un buen retrato del cruce actual entre confortables conformistas y críticos consecuentes.
Este es, por lo tanto, un buen tema para el trabajo de estereotipos o la realización de ejercicios de contrapublicidad.