miércoles, 11 de julio de 2012

Tres portadas de El País para un día histórico

No es fácil acometer la portada de un día cuando a una noticia fundamental se añade otra muy importante. Por una vez -discutible opinión- creo que El País ha sido consecuente y ha encarado el panorama con criterio informativo. Nadie esperaba la enorme respuesta a la llegada de los mineros.
Rectifico: Ha sido una opinión precipitada. Cuando he salido a comprar el diario compruebo que la primera es la que ha llegado a los quioscos de provincias como la mía. A las 8 de la tarde bien que se sabía la movilización negra de Madrid. La ideología manda, por supuesto, y hay que ser consecuente con ella. ¿Quién dijo que El País era un diario de izquierda?

Aún así, nos da pie para ponernos en la mente del maquetador y plantearnos por ejemplo, por qué ha cambiado las imágenes de los mineros.



Por supuesto, mientras asistimos a una jornada extraordinaria en la historia de nuestro país, el resto de periódicos, salvo El Mundo, parecen extraterrestres. Menudo nivelazo informativo el de este país nuestro.








3 comentarios:

  1. Espero que no se cumpla aquello de que "tenemos lo que merecemos". Creo que una parte del país no merece ser sacudida económica ni informativamente como lo está siendo.

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  2. La desinformación y la tergiversación de los hechos parecerían cosa del pasado cuando existen medios alternativos y ciudadanos que atestiguan la historia y la comparten en las redes sociales, sin embargo, el pobre acceso a estas (en México) permite que los medios cómplices de los gobiernos manejen a su antojo los hechos y aun justifiquen la violencia contra quienes ejercen el derecho a manifestarse. Saludos desde México.

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  3. Sin medios plurales no hay democracia. En nuestro país el pensamiento único neoliberal está omnipresente en todos los medios, y con ello se ha adueñado de las mentes de ciudadanos culpabilizados y paralizados por el miedo o el cinismo.
    Es muy fuerte lo que nos está pasando: en pocos meses estamos (nos están) tirando por la borda conquistas democráticas y sociales de 30 años. Casi nada.
    Un abrazo, Lu. Y otro para ti, Mª Eugenia.

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