La fotografía convierte en constante el instante y, por lo tanto, tiene la fuerza suficiente como para categorizar la realidad. Juega además con ventaja: su parecido con la misma. Este es tan grande, que, si no estamos lo suficientemente avisados (alfabetizados), caemos en una trampa de hábitos cotidianos, la de confundir la imagen con la realidad.
Por eso es tan importante realizar de vez en cuanto en nuestras clases lo que llamo "microejercicios" de alfabetización audiovisual, que nos permiten abrir grietas y generar sospechas en nuestros hábitos de lectura automática y acrítica de las imágenes.
El diario ABC de ayer me brinda una buena ocasión para mostrar uno de estos microejercicos:
1. Mostramos primero un recorte de la noticia sin el texto que la acompaña y le pedimos a nuestros alumnos que pongan a la foto dos pies de página con sentidos opuestos.
Nosotros pondríamos algunos como estos:
"Rajoy no tendrá más remedio que empezar a tomar decisiones y exponer su programa"
"Rajoy está cada vez más preocupado con la gestión de Zapatero"
Nuestros alumnos se moverán por terrenos más simples y pondrán textos como estos:
"Rajoy se acuerda de que no ha puesto la lavadora"
"Rajoy está muy preocupado por los españoles"
Si sabemos jugar con la variedad de propuestas que surjan, cuando les mostremos la información original será el momento de explicarles la función de anclaje que tiene el pie de foto o cualquier texto que acompañe a una imagen. De esta forma, entre las muchas lecturas o interpretaciones posibles de una imagen como la presente (con fuerte carácter polisémico), el texto nos conduce a seleccionar una.
Controlar, dirigir, es, por lo tanto, una forma sutil de "manipular".
2. Pero todavía podemos ir más lejos y hacerles ver que el encuadre es un recorte concreto y particular de una realidad con infinitas posibilidades espacio-temporales.
Les encargaremos entonces que hagan (o piensen que hacen) de maquetadores de un diario, y les pedimos como directores del mismo que exageren un poco más la idea de perplejidad o susto del personaje. No pueden realizar manipulaciones teóricamente prohibidas (retoque ), solo se puede e utilizar la tijera para reencuadrar la imagen.
Antes de mostrarles el resultado que viene a continuación dejamos que la clase intercambie ideas. De esta forma, cuando vean el resultado quedará más en evidencia la falta de inocencia del encuadre, siempre deudor de una manera concreta de ver/mirar la realidad.