domingo, 25 de julio de 2010

La educación alcohólica (2). Tareas para el verano


(Julio 2010)

(sept. 2007)

El verano es la época de la cosecha. También la alcohólica.

No es buen momento para hacer siembra. Tampoco para la publicidad alcohólica.

La mafia alcohólica deja ahora el campo libre a los bienintencionados para que gasten nuestros dineros y nos limpien la mala conciencia a todos, a las instituciones y a los ciudadanos.

Tienen para sembrar sus toxinas el resto del año:







Pero ésta no es una entrada más sobre lo mismo. Ya se han publicado aquí muchas entradas con la etiqueta "alcohol y publicidad".

Y es que el verano es también un buen momento para la reflexión y la recapitulación calmadas.

De ahí esta serie de entradas con tarea.


TAREA
  1. ¿Quién gana?. Compara la publicidad contra las drogas que llena estos días nuestras calles, con esta otra de las corporaciones alcohólicas. No olvides, por favor, que el alcohol es una droga dura.
  2. ¿Cuál es la alternativa?. No olvides a todos los que ven estos anuncios.
Nota: Si lo haces por escrito, organizarás mejor tus ideas. Si además lo publicas como un comentario en esta entrada, animarás a otros a hacer lo mismo.

jueves, 15 de julio de 2010

Patrias, banderas y publicidad (2)

Gracias a Paula Yachelini he conocido este spot, que, además de incidir sobre el análisis de la anterior entrada, resalta el contenido religioso de la publicidad como mensaje religioso. De nuevo la distancia nos ayuda mucho a mirar sin anteojeras:




Al final de tantas banderas y desfiles victoriosos, son El Roto y Forges de estos días los que fijan el análisis sobre estos fenómenos de masas adobados por la publicidad, infinitamente menos cruentos que otras justas y disputas, eso sí, pero que no por ello pierden su tóxico efecto sobre la estupidización de la mirada y el juicio.





Que la mirada publicitaria contamine con sus toxinas el fútbol nos importa, en cualquier caso, muchísimo menos a que ambos hagan lo mismo con algo tan importante como la política:





Mucho me temo que esta contaminación de la política por la retórica publicitaria, que ya analicé aquí hace dos años con mis alumnos, no tenga marcha atrás.

jueves, 1 de julio de 2010

Mundial de fútbol: patrias, banderas y publicidad



Ya debe estar todo dicho sobre el mundial de fútbol, pero lo traigo aquí por dos razones: Por un lado una deuda con el amigo Julián y su extraordinario blog de contrapublicidad Proyecto Squatters. Por otro, la magnífica portada del ABC del 29 de junio.

"La bandera no se mancha" es una trabajada contrapublicidad denunciando la apropiación de la bandera argentina por la publicidad "patriotera" de las grandes corporaciones, "siempre apátridas, siempre extranjeras".



Mira este dramático spot para comprender a qué se están refiriendo:




En comunicación privada le comentaba al amigo Julián mis sentimientos contradictorios. Las banderas, banderías y todos los que las agitan me gustan muy poco. El Roto lo ha expresado como nadie en muchas de sus viñetas. Ésta, por ejemplo:


Tampoco soy futbolero, pero pienso con mi añorado Vázquez Montalbán que el fútbol es el reducto menos conflictivo y más desdramatizador para proyectar los ardores patrios. Las religiones monoteístas y el nacionalismo han sido, sin lugar a dudas, las dos ideologías en cuyo nombre más daño y destrucción se ha ocasionado la humanidad en los últimos siglos. Nuestro país sabe mucho de eso, pues ha sufrido y sigue, en parte, padeciendo de ambas dolencias.

En tal sentido, la portada de ABC me parece una extraordinaria ejemplificación de lo que expongo. Quítese del montaje el rostro de Fernado Torres y se entenderá a qué me refiero. Cuando el jugador desaparece, el "España se la juega" se carga de dramatismo al sentirse irresistiblemente atraído por el titular "El TC purga el "estatut""

La bandera es un perfecto ejemplo de la imagen como símbolo, de la imagen como eficaz portador de ideas complejas, facilitando una comprensión inmediata de todos. Como tal símbolo, la bandera española lleva encima toda una carga histórica de enfrentamiento y división. Nos guste o no, es así. Agitar la bandera en España es aún una forma de afirmación agresiva de unos españoles frente a otros.

Menos en el fútbol.

Estos calurosos días a nadie asustan las banderas en las ventanas y balcones de media España. Al contrario. Es más, si se ganase este mundial, es fácil pensar en la reducción de la inflamación nacional que padecen muchos en este país.

La publicidad de objetos de consumo, cuando se apropia de alguna idea o valor, lo desvirtúa y materializa. Lo hace con los afectos, con la amistad, con la autoestima, con la cultura, con la historia, con todo lo que se le ocurre. Todo vale si sirve para hacer caja. Coca Cola va con la selección Argentina, con la estadounidense, con la Española. Lo mismo que las religiones bendiciendo a la vez a banderías enfrentadas.

Así que, por mí, y sin que siente precedente, que la publicidad contamine con su toxina paralizante a todas las patrias, a todas las banderas, y a las mentes de todos los que las sostienen. La publicidad como religión o teología, al menos reduce su violencia a lo simbólico. Lo que tampoco es "moco de pavo".

En fin, que gane España, que gane "la roja", aunque nada más sea por desdramatizar la forma en que vivimos las identidades en nuestro país.

Para cerrar esta larga entrada, os muestro el PhotoPeach que hice el mes pasado en Chicago, cuando me topé sin pretenderlo con la manifestación-procesión-cabalgata del Memorial Day, de la que hablo en esta entrada de Problemas del Presente.

Ellos no necesitan del fútbol para agitar su bandera sin dramatismo. Todo lo contrario de nuestro país.