Disculpadme los que venís asiduamente por aquí por repetir tema: el esquema de esta portada de ABC es el mismo del post anterior. En efecto: lo que en él se comenta queda más patente aquí: se piensa no sólo en el pie de foto (Cautivado por "la muy pura socialdemocracia" de Obama), sino también, y sobre todo, en el titular superior de la página, dedicado a un tema diferente. El efecto buscado está claro: "Los jueces no se fían del Gobierno" y más con un Presidente como éste. El mismo Zapatero parece estar mirando el titular, además de la estratosfera.
La razón de repetir tema en el blog está en una reflexión de mayor alcance: la problematización de la comunicación audiovisual como "lenguaje audiovisual". Me refiero a lo siguiente: en muchas entradas de este blog, y en intervenciones en clase y con otros profesores, suelo utilizar el término "lenguaje" para cuestionar y romper el fuerte hechizo imagen-realidad que se produce en el común de espectadores no alfabetizados audiovisualmente, y, a la vez, subrayar la arbitrariedad significativa de la imagen en el plano de la connotación, y su capacidad para generar discursos.
Sin embargo, quiero subrayar que sólo en un sentido metafórico podemos utilizar la palabra "lenguaje". Por dos razones:
- la imposibilidad de establecer las imágenes como signos específicos, independientes de lo real.
- La ausencia de un código estable que rija su funcionamiento.
Y también está, cómo no, la propia expresión del rostro y la dirección de la mirada. Es como si nos estuvieran diciendo: con su iluso optimismo, Zapatero a duras penas se mantiene en el plano de la realidad.
Pues bien, con todo lo dicho quiero demostrar que esa lectura puede ser totalmente diferente, cuestionado con ello la estabilidad del código audiovisual con un elemento externo a la imagen como es la proximidad de un texto verbal. Sólo tenemos que cambiar el "Los jueces no se fían del Gobierno" por otros titulares como estos:
- "Unanimidad de la Cámara en el apoyo al Presidente Zapatero"
- "Impasibilidad presidencial ante los ruidosos insultos de la oposición"
Fin por hoy. Siento el rollo, pero seguramente le vendrá bien a alguno. De vez en cuando hay que recordar que en este tema, como en todos los ámbitos del saber, las cosas nunca son definitivamente sencillas. A mí, un simple aficionado en el tema, me las complicó en su momento las reflexiones de Jesús González Requena en su interesante obra "El espectáculo informativo" (Akal, 1989).