No veo la TV, más que nada por falta de tiempo y del hábito de sentarme frente a ella. No es lo mejor trabajando estos temas, pero creo que tampoco me pierdo mucho, la verdad.
Es la radio, la prensa digital y Twitter los que me ofrecen la realidad mediada. Estoy suscrito a eldiario.es, El Salto y CTXT, y miro casi cotidianamente infoLibre, La Marea, El País Público y CuartoPoder.
Veo también todos los días las portadas de prensa de papel a través de la aplicación de Kiosko. También estoy suscrito a la edición digital de La Opinión de Zamora, donde colaboro periódicamente.
A propósito de la respuesta ciudadana a la sentencia del Procés, esperaba encontrarme con lo de siempre en estos casos: la desvergüenza periodística de los panfletos de ABC, La Razón y El Mundo, la doblez mediática de El País, etc. Una buena ocasión para volver al uso de la imagen para re-crear la realidad.
Y no me equivoqué. Así que me puse a preparar dos tuits en mi línea:
Estas son las imágenes:
Poco después de publicar mi tuit, mi admirada @lourdesdomenech me envía estas dos imágenes, y yo le comento.
Esa misma mañana, en mi visita a los medios digitales, compruebo cómo eldirio.es cae en la misma trampa de ABC o El Mundo. Bueno, ABC y El Mundo no caen en ninguna trampa. Son ellos los tramposos, jugando con impunidad a la sinécdoque interesada.
La verdad es que no salía de mi asombro al comprobar que, en una portada llena de fuego, solo un enlace me lleva a una noticia donde hay una sola foto del enorme río ciudadano manifestándose pacíficamente.
Así que publico este tuit:
A Eduard Monte le pasa lo que a mí, pero él ya no puede comprobarlo. Lo explica bien Ignacio Escolar cuando se toma la molestia de contestarnos. No lo reconoce directamente, pero sabe y comparte lo que estamos comentando. No siempre se controla todo al minuto en un medio digital. Un tirón de orejas sin hacer daño nunca viene mal:
Mi admirada Olga Rodríguez expresa muy bien el estado de ánimo del buen periodismo después de estas jornadas de vergüenza mediática:
Olga me comenta en un mensaje que no está en plantilla.
Jonathan Martínez explica muy bien lo que está pasando con esta muerte, esperemos que pasajera, del buen periodismo:
Miquel Ramos en La Marea lo explica de forma más completa. Merece la pena leerlo.
Así que publiqué un nuevo tuit incorporando un par de capturas:
Y, bueno, mientras escribía esta entrada, El País se justificaba de aquella manera, pero sin decir que fuera falsa, ni terminar de admitir que estuvo en la calle en una edición, aunque no fuese la definitiva.
Volvamos ahora a reflexionar un poco sobre la IMAGEN mecánica, la de la fotografía, el vídeo y el cine. Su enorme parecido con la realidad a la que re-presenta, sirve de coartada para dar el salto interesado de equiparar y confundir una con otra, la imagen con la realidad. Y ahí radica su enorme fuerza manipulativa, sobre todo cuando enfrente no tiene a lectores/espectadores alfabetizados mediáticamente (y dentro del concepto, en comunicación audiovisual).
Sin embargo, con esa salvedad siempre presente, la imagen puede resultar un argumento contundente para demostrar determinados hechos o comportamientos. Veamos el caso que viene a continuación.
Todos los que conocemos el código audiovisual sabemos que es el plano general el que más se aproxima, valga el oxímoron, a una realidad alejada del objetivo de la cámara. Esta muestra solo una parte de la realidad, siempre, pero la distancia permite valorar mejor el contexto en el que se produce la acción. Si luego añadimos planos más cortos para describir/analizar algún detalle, la mirada no pierde perspectiva, y uno/a puede "hacerse una idea", solo una idea, de la realidad re-presentada:
Veámoslo y saquemos algunas conclusiones:
Para los que tienen dudas sobre este blog, y no me conocen: seguirá. Se trata de encontrar el ritmo y coger de nuevo el hábito. Lo intento, aunque sea por interés propio: escribir me ayuda a ordenar las ideas.