Como corderos atontados. Imagen CC0
A esta entrada le estaba pasando lo que a muchos de los proyectos navideños: apartada por otras urgencias, seguía en el horno a medio guisar. Pasado el furor consumista de la Navidad, como que perdía algo de actualidad, y ya tal.Y en ese impás estaba hasta que vi el tuit de mi admirada Garbiñe, @garbinelarralde:
Pero se lo agradezco, claro, porque es un tema que me preocupa cada vez más. El marketing y la publicidad mueven muchísimo dinero, y con él, la creatividad de grandes profesionales muy muy despiertos y cualificados, que saben otear por dónde van las brisas y los vientos sociales, para subirse a la ola más grande.
Y con un solo y único propósito: servir a su señor, es decir:
Y un solo principio:
Y con un solo y único propósito: servir a su señor, es decir:
VENDER, VENDER Y VENDER.
Y un solo principio:
TODO VALE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN,
TAPARSE LAS VERGÜENZAS
Y METERSE EN LAS CONCIENCIAS.
Antes de seguir: con productos tóxicos, y la publicidad lo es en grado sumo para el huerto donde cultivamos nuestros deseos más hermosos, hay que ponerse siempre unos gruesos guantes y las adecuadas gafas críticas.
De lo contrario, nos contaminan y podemos caer en la trampa de viralizarla, que es el sueño húmedo más buscado por los creativos del marketing y la publicidad. Y las empresas que les pagan, claro: la difusión gratis total.
De lo contrario, nos contaminan y podemos caer en la trampa de viralizarla, que es el sueño húmedo más buscado por los creativos del marketing y la publicidad. Y las empresas que les pagan, claro: la difusión gratis total.
Bien. Pues ahora veamos los spots de los que quiero escribir. Se trata de uno de los formatos publicitarios con más éxito y viralidad en los últimos años: la publicidad disfrazada de preocupaciones sociales y buenas intenciones.
Mientras los ves, analiza el postureo de cada una de las marcas coqueteando con determinados valores sociales. Y, a la vez, te vas preguntando por qué y para qué. Solo con detenernos un poco a mirar desde el otro lado, teniendo muy presentes los propósitos y principios arriba señalados, se empiezan a descorrer los velos y mostrarse las trampas.
Mientras los ves, analiza el postureo de cada una de las marcas coqueteando con determinados valores sociales. Y, a la vez, te vas preguntando por qué y para qué. Solo con detenernos un poco a mirar desde el otro lado, teniendo muy presentes los propósitos y principios arriba señalados, se empiezan a descorrer los velos y mostrarse las trampas.
Quiero entender que ejercicios como este son de mero aprendizaje personal de las formas de dicción, edición y montaje de audio, con un micrófono adecuado, claro. Tiene su mérito, por supuesto. Pero poner a hacer esto a los alumnos así, sin más, sin enseñarles a cuestionar el monólogo publicitario, solo puede ser un camino, muy LOMCE por ciento, para asentar dócil y acríticamente a los alumnos en la ideología dominante, y, en lugar de ciudadanos críticos que se hacen preguntas, instruirlos como sumisos empleados.
No es que lo proponga directamente David Pérez, ¡cuidado!, pero hay que decirlo alto y claro para despistados que confunden innovación con cacharreo. Por eso salté cuando empecé a ver retuits y retuits del de Garviñe. Pocos retuitearon, por cierto, su aclaración posterior.
Ahora vamos con el engendro de Campofrío.
AMODIO, EL ARTEFACTO PUBLICITARIO DE CAMPOFRÍO
Cuando estaba en los inicios de esta entrada estuve buscando voces críticas en la web sobre esta peliculilla, y, después de mucho buscar entre la hojarasca acumulada en las primeras pantallas de Google, solo encontré algunas páginas que cuestionan el spot desde el actual problema catalán, al que las referencias y alusiones son más que evidentes.
Voces "críticas" como esta se centran en barrer para casa exagerando el cuestionamiento (¡¡Destrozan, jaja!!) de la apuesta del macrospot por su apuesta por la equidistancia, por la vía intermedia.
En ella se sitúan, ya lo sabemos, personas tan sensatas como la propia autora del spot, Isabel Coixet, y varios de los personajes vapuleados por los agitadores de banderas como nuestro Joan Manuel Serrat o la misma Isabel Coixet.
Después, cuando retomé la entrada, volví a buscar y encuentré alguna otra, como esta de la página 34 del buscador, publicada el 2 de enero:
También me crucé en Twitter con este tuit que pone el dedo en el lugar exacto: "falsos anuncios navideños que mueven emociones":
Salvo este tuit (no los comentarios del hilo, que dan mucho que pensar) son pocas, muy pocas, las voces críticas. Ninguna he encontrado dedicada a DESTRIPAR el costoso entramado publicitario que ha desplegado la marca.
Salvo este tuit (no los comentarios del hilo, que dan mucho que pensar) son pocas, muy pocas, las voces críticas. Ninguna he encontrado dedicada a DESTRIPAR el costoso entramado publicitario que ha desplegado la marca.
RESULTADO: GOLEADA. Campofrío ha conseguido estar en boca de todo el mundo, tanto de los medios, como de los particulares, que lo han retuiteado y wasapeado a placer, confesando sin pudor su emoción. Y sin cobrar nada a cambio. Vamos: una emocionante viralización.
Tenemos ahora que recordar, para no olvidar entre pañuelo y suspiro, el FRÍO CÁLCULO de la empresa a la hora de plantearse FINES y MEDIOS:
VENDER, VENDER, Y VENDER.
TODO VALE PARA LLAMAR LA ATENCIÓN,
TAPARSE LAS VERGÜENZAS
Y METERSE EN LAS CONCIENCIAS.
Se han gastado un pastón, primero para hacer este macrospot, pero después, y sobre todo, al contratarlo en todos los medios, con innumerables repeticiones, muchas con su larguísima duración.
Si querés alucinar un poco haciendo cálculos, Oblicua te lo pone muy fácil (imagínate a tus alumnos haciendo cálculos con la publicidad que ven. Chulo, ¿verdd?))
Pues bien, gastándose toda esa pasta no hubiera sido suficiente para dar la campanada. Era necesario dar un fuerte golpe en la diana para conseguir convertirse mediante la VIRALIDAD, en un pequeño fenómeno social. Y lo consiguieron:
¡¡¡BINGO!!!.
Y, ya subidos a la ola, los creativos se propusieron hacer lo que no se les quería permitir a los catalanes: nada menos que ¡¡¡ UN REFERÉNDUM!!!, . Y con unos resultados muy igualados, como en Cataluña. Eso sí, sin notario alguno. ¿Para qué, si era una chorrada?
Vale, sí, todo muy cuqui y muy chachi, pero alguien tiene que pagar todo este despliegue de marketing y publicidad. Mucha gente, mucha neurona, mucha, pero que mucha pasta. ¿Cuestión de escala?.
Es decir: ¿vender más mercancía y solo con eso cubrir estos sobrecostes?. Si eres de los que se han emocionado viendo el artefacto, es posible que te lleves una sorpresa. Pero lo vemos más abajo.
Antes de ponernos a destripar el producto/artefacto, necesitamos algunos datos sobre la empresa para posicionarnos adecuadamente en el análisis.
(si te atreves, esto sigue aún un trecho, jeje)