Nuestras ciudades son cada vez más parecidas, arrasadas todas por el ímpetu desmedido y totalizador del MERCADO. Ya no son ciudades con escaparates, sino ciudades escaparates. Todo lo demás se oscurece a la vista de los ciudadanos. Los lugares públicos, genuinamente públicos, van desapareciendo comidos por el asfalto o las prisas de los que los atraviesan. Su función como lugar de encuentro ciudadano la vemos languidecer, salvo en lugares privilegiados de los barrios o en centros de ciudades provincianas como nuestra Salamanca.
El COMERCIO, en fin, se adueña progresivamente de lo público, de todo lo público, incluso privándole o relegándole de sus funciones mediante la creación de espurios espacios públicos privatizados que imitan a las auténticas calles y plazas, y hacen del encuentro una función de ruido y entrecruzamiento que propicia el consumo depredador y desculpabilizado.
Todos los alumnos de 1ºESO LETIC, con los que preparamos la actividad Ana M. Díaz Blanco y yo, convinieron con nosotros en que cuando iban a Valladolid, lo que querían decir es que iban a Rio Shopping, un lugar de peregrinación consumista a las afueras de la ciudad con la misma fuerza y atractivo que en el pasado tenían Fátima o Lourdes.
La fiesta, el encuentro, el viaje,... cada vez más toda la vida social se ve colonizada, usurpada y esquilmada por el comercio y sus intereses. Deseos, pensamientos, ilusiones, esperanzas, expectativas, ... todo forzado a conjugarse con el verbo CONSUMIR.
Para saber de qué estamos hablando es muy importante tener referencias reales de las alternativas al pensamiento único de la cultura dominante en cada circunstancia histórica. En Salamanca, afortunadamente, las tenemos, y con mucha vida y pujanza.
Si nuestra hermosa Plaza Mayor, lugar de encuentro por antonomasia de la ciudad, nos sirve como referente de los espacios auténticamente públicos, también tenemos una fiesta a la que el MERCADO no termina de echarle el lazo. Me refiero a nuestro LUNES DE AGUAS, una fiesta popular generada en los márgenes del sistema, sin santos o dioses por medio.
También en nuestra ciudad, como en otros muchas, hay un barrio donde los CIUDADANOS, de la mano de una dinámica y creativa asociación de vecinos, ZOES se proponen retomar las calles para devolverles esa vida ciudadana tan debilitada. Su Galería de Arte Urbano nos brindó a su profe de Plástica y a mí la posibilidad de ensayar otra forma de MIRAR la ciudad, más allá de los escaparates y reclamos comerciales.
Este vídeo, realizado como todos los últimos con el magnífico editor de YouTube, da cuenta del agradable y motivador paseo con los alumnos. El próximo curso aprenderán a hacerlo por su cuenta.