lunes, 25 de febrero de 2013

Tareas sobre publicidad por emplazamiento


Lleno de ocupaciones con la Línea TIC que hemos puesto en marcha en mi instituto, tengo un tanto olvidado este blog. Afortunadamente ha entrado con fuerza la extraordinaria colaboración de Clara Munho, a quien tuve la suerte de conocer haciendo prácticas conmigo de su Máster de Formación del Profesorado de E.S. Sus dos entradas publicadas dan muestra de su preparación y sentido crítico. Necesitamos profes como ella para renovar la enseñanza pública.

Lo que os traigo aquí es el ppt que han realizado dos alumnas de 2º ESO (un grupo de Adaptación Curricular) con los resultados  de  una pequeña tarea sobre la publicidad por emplazamiento que les propuse a ellos y sus compañeros de Sociales de 1º ESO Línea TIC en el mes de noviembre.

Como he insistido aquí muchas veces, siempre es posible abrir en nuestras clases, sea la materia que sea,  cortos espacios de tiempo dedicados a la alfabetización mediática y audiovisual de los ciudadanos.

En el presente caso, la propuesta se formuló en esta entrada del blog de la clase.

miércoles, 20 de febrero de 2013

La crisis y el crecimiento: publicidad buenrollista para tiempos difíciles

Tenemos esta semana un nuevo caso de publicidad en la que confluyen dos "tendencias" presentes en el marketing menos escrupuloso, de las que este blog ha hecho un seguimiento: buenismo desmovilizador y la perversión de las palabras

Se trata del anuncio más reciente de Central Lechera Asturiana, una marca que podríamos situar en primera línea considerando su precio, que ronda 1
el litro (de su calidad hablaremos más adelante).


En este anuncio podemos ver una sucesión de felices imágenes que nos muestran niños pintando, niños jugando en prados con vacas, niños sonriendo y saltando, niños leyendo rodeados de florecillas. En off, una voz nos sitúa en un futuro no muy lejano en que las cosas van tan bien que estos niños, ya mayores, tienen que esforzarse en recordar algunas palabras que marcaron sus infancias, como: recesión, apretarse los cinturones, la prima de riesgo, la que está cayendo... 


Tras reconocer ante sus consumidores que "la cosa está muy mala", nos  recuerdan, sin embargo, que:
"Hay muchas razones por las que este país ha dejado de crecer, pero ninguna para que nuestros hijos no crezcan como se merecen".
A mi modo de ver, lo que este anuncio nos indica, de forma subrepticia, es que hay cosas que no son "recortables", como el crecimiento de nuestros hijos. Proporcionarles una de las mejores leches del mercado (por eso de que es cara) es una buena decisión de la que nos enorgulleceremos en un futuro. 

Envileciendo nuestro raciocinio con imágenes de niños retozando felices, apelan a "lo bueno", "lo seguro", las marcas, en un contexto en el que el consumo de marcas blancas ha crecido exponencialmente (según El País, su cuota de mercado ha subido un 30% en 2012), por razones obvias.

En suma, hay tres elementos de este anuncio que lo hacen especialmente repugnante en sus ansias de colocarnos su producto:

1. La utilización de las imágenes de niños y de la culpabilidad que  los padres puedan estar experimentando al restringir el consumo en la cantidad o la calidad de su alimentación en una sociedad duramente castigada por la crisis económica. Este hecho podría ser incluso ilegal si tomamos en consideración la regulación de la publicidad a nivel europeo (ver: Association of Commercial Television in Europe) que nos indica que el artículo 16 de la Television Without Frontiers Directive prevee:

    Artículo 16: La publicidad televisiva:
    b. No empujará a los niños a convencer a sus padres u otros para que adquieran los bienes o servicios publicitados.
    c. No explotará la confianza de los niños depositada en padres, profesores u otros.

2. Esta culpabilidad que podrían sentir algunos padres por no proporcionar a sus hijos "la mejor leche" es cuestionable en vista de la calidad de la leche anunciada. El estudio de la OCU de hace un par de años puntuó a esta marca con un modesto 42/100, quedando 30 marcas de leche por encima de ésta en calidad. De manera que debería exhortarnos, más bien, a NO comprar su producto, si no quieren incurrir en el recurso a la publicidad engañosa.
3. La instrumentalización del sufrimiento real de millones de personas que representan las palabras que utilizan para conectar con el espectador como "recesión" o "prima de riesgo" y el buenrollismo conducente a perpetuar la dinámica de la sociedad de consumo, desplazando una verdadera apuesta por otros valores.
En definitiva, nos gusta ver a los niños sonriendo, creemos que hay cosas que no son "recortables", queremos pensar que en un futuro miraremos atrás y nos enorgulleceremos de nuestros sacrificios por cosas en las que creíamos en tiempos difíciles. Pero utilizar la esperanza y el sufrimiento de millones de personas para  vender un producto es, si no legalmente condenable, por lo menos de bastante mal gusto.

martes, 5 de febrero de 2013

Tabú: El Corte Inglés en la prensa española

Ya fallecido el abuelo de Majaelrayo, dudo que quede alguien en España que desconozca al gigante El Corte Inglés. De hecho, esta gran empresa es la primera distribuidora y la empresa privada con más emplead@s en nuestro país. Nada menos que unas 100.000 personas trabajan en los grandes almacenes líderes en Europa. 
 
Por otro lado, la empresa es también líder en gasto publicitario: más de 130 millones de euros fue la cantidad gastada en este concepto en 2010, cuando el estallido de la burbuja inmobiliaria ya comenzaba a lastrar el consumo. No es de extrañar que estos chutes de dinero resulten en un flagrante silenciamiento de los conflictos laborales que se viven en los grandes almacenes, al margen de la consabida publicidad encubierta ya denunciada en ocasiones anteriores en este blog. 

Por supuesto, no estamos hablando de barricadas o ruedas quemadas al estilo del sector minero, ni me refiero a las abundantes críticas recibidas anónimamente en la red por ex-empleados.Es la evidente manipulación y amordazamiento a través de los medios de algo tan firme como una sentencia judicial proveniente de la Audiencia Nacional. La igualdad nunca fue una de las preocupaciones de la empresa en la que la mayor parte de la plantilla son mujeres (un 63% en 2011), pero, de nuevo citando a El Economista, “de los 267 trabajadores con categoría de directores y gerentes, 12 eran mujeres y 235 hombres”. En mayo de 2008 la empresa firma un plan de igualdad con los sindicatos con el fin de acabar con la brecha salarial entre hombres y mujeres, acompañando esta medida de otras más sutiles como uniformar a sus mandos varones. 

Ahora en contexto, ¿cuál ha sido el tratamiento que se le ha dado a esta sentencia en los medios de comunicación?


EL MUNDO

El Mundo no estima necesario recoger esta sentencia ni siquiera con finalidades laudatorias (ver query de la búsqueda: El+Corte+Inglés con el filtro Último mes). 



EL PAÍS

El País, 25 de enero de 2013
El País aplica lo que podríamos denominar una "metonimia desinformativa": encubre el conflicto con una curiosa “parte por el todo”. Sin dejar de mencionar lo realmente grave de esta situación (que las mujeres reciben menor salario por el mismo trabajo y se aplica un doble rasero en el reconocimiento de sus méritos en función del género), evitan que un titular tan feo como “El Corte Inglés discrimina a sus trabajadoras” se cuele en el ranking de noticias más leídas (donde se situó la última semana de enero), titulándola por si acaso: El Corte Inglés tendrá que uniformar a sus mandos varones.


PÚBLICO
Público, 14 de agosto de 2012

Más sorprendente resulta el caso de Público, periódico de línea editorial claramente de izquierdas: la noticia parece más publicidad encubierta que información sobre las disparidades de salario entre mujeres y hombres. Destaca la estabilidad de su plantilla “en un contexto de fuerte crecimiento del paro” y de nuevo, soslaya las diferencias de salario en función del género para centrarse exclusivamente en la decisión de uniformar a sus mandos varones.

La excesiva atención que presta a las características del atuendo frente a la nula mención de la equiparación salarial roza el ridículo: “La nueva uniformidad masculina (...) está compuesta por tres modelos diferentes (...): en el caso de los vendedores con carácter general, llevarán traje gris marengo con botones marrones, ojales verdes, camisa blanca, último ojal también verde y una corbata azul marino con todos verdes (...). ¿Del hecho de que la empresa haya ralentizado y obstaculizado la equiparación salarial entre hombres y mujeres? Ni una palabra amarga para el Corte Inglés, instituido como un tabú en todo el espectro de los medios españoles. 

Un detallismo estético destinado a distraer nuestra atención con tecnicismos totalmente prescindibles de información mucho más vergonzosa y relevante, que nos recordará al tratamiento mediático que recibieron las elecciones en Afganistán, en las que se obvió la desastrosa situación de este país en la que nuestro país o EEUU entre otros, tienen una gran responsabilidad, para centrarse en los exquisitos looks del presidente afgano, bautizado por algunos como el “hombre con más estilo del mundo” (Ver: Karzai, el seductor, en El País). 

La potencialidad del rechazo social y el consumidor como último responsable de las políticas que mantienen las marcas y establecimientos a los que destina parte de su capacidad de compra, se ven contrarrestados por unos medios que no informan, sino que más bien desinforman, alentados sin duda por los abultados fajos que reparte El Corte Inglés en dobles contraportadas y páginas completas a color, y ahora por lo que se ve, también banners.


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