Por favor, revisa dos o tres veces el vídeo y comprobarás que no hay nada improvisado en el teatro de la videopolítica, que todo responde a una meditada puesta en escena. Hasta el periodista que hace la entrevista parece que está de rodillas cuando pregunta, y que ho hace después de recibir una señal para preguntar.
¿Cómo es posible que haya periodistas justo a la puerta de su habitación?. Sabemos precisamente que solo estaban tres periodistas de los medios públicos: TVE, RNE y agencia EFE para cubrir en exclusiva por tierra, mar y aire, la magnífica teatralización de una disculpa.
Si lo pensamos bien, ha sido un gran acierto de sus asesores de imagen para desfacer el entuerto en el que se metió por un fatal tropezón. ¿Qué hubiera pasado si hubiese salido al exterior y se hubiera enfrentado a una nube de periodistas?. Mal escenario.
Tampoco era buena salida meterse rápidamente en un coche de cristales tintados, como hacía últimamente. Ahora, después de despachar a las puertas de la habitación ante unos medios de confianza, podía salir con la cabeza en alto, sin hacer más declaraciones y montándose en un coche con los cristales bajados.
Alguien se está ganando bien el sueldo.
Pero no solo por eso, como podemos comprobar observando el intenso trabajo al que han tenido que someterse los asesores reales en los últimos meses.
Y es que en la alfabetización mediática, aunque resulta fundamental centrarse en los medios y su inter-mediación con la realidad, no podemos olvidar que el sujeto-objeto de la información tiene muchos medios para dirigir y orientar a los informadores, desde esos informes y dosieres que con tanta generosidad les facilita la tarea, hasta la misma puesta en escena y la imagen personal.
Basta con tener presente el espectáculo de las campañas electorales de la telepolítica, con escenarios imposibles para obligar a generar imágenes en contrapicado o llenándolos, según el caso, de jóvenes o mujeres.
Para algo están los jefes de prensa y los asesores de imagen.
Pues bien, en esta democracia del espectáculo y la suplantación, la monarquía es una de esas instituciones con poca sustancia y llenas de aire para cuya supervivencia la imagen que fabrican para los medios resulta fundamental. Su cultivo y preservación en las personas de nuestros monarcas, sucesores y familiares por los medios del sistema (todas las televisiones, prensa, radios) ha sido uno de los pactos tácitos más exitosos y persistentes de nuestra historia democrática.
Sin embargo, últimamente las cosas han empezado a cambiar. La salida a la luz del escándalo Urmangarín y ahora la inoportuna caída del Rey, rompiendo el manto de opacidad mediática sobre sus aventuras, en un contexto de gravísima crisis económica, ha empezado a romper las costuras del globo y éste a perder fuelle de forma alarmante.
En esta situación, para la videopolítica lo urgente no es buscar soluciones legislativas a estos desajustes impropios de un sistema democrático. Lo realmente urgente es preparar una buena campaña mediática para minimazar daños y restaurar la imagen de la institución.
Y, para ello, asesores de imagen, puesta en escena, atrezo y decorado son fundamentales.
Veamos algunos ejemplos:
En primer lugar, el sencillo coche familiar que los Duques de Palma utilizaron en su visita a Madrid para asistir a los juzgados.
No entiendo nada de coches, pero a la vista estaba su sencillez. Un
coche barato, del "pueblo", que sus asesores eligieron sabiamente para contrarrestar la imagen de opulentos mangantes. Nada que ver con el glamour, muy contraproducente en esas circunstancias.
Y ahora pasemos al aire fatalmente "campechano" del Rey en esta foto, y recordemos que la hemos conocido con mucho retraso, cuando, al parecer, era pública. El sistema del filtrado del pacto tácito había funcionado hasta ahora con notable éxito. Ahora ha sido la desencadenante del problema actual.
¿Qué hacer ante una foto que rompe la cuidadosa imagen construida durante décadas del monarca?
Lo último ha sido la declaración del vídeo.
Pero a mí me llamó antes la insólita vestimenta de la reina en la última visita al hospital, el origen inicial de esta ya larga entrada.
Resultaba que "nuestra" reina se nos presentaba en un hospital !!!vestida de vaqueros ¡¡¡ , como para ir al campo, como su marido. No es que me fije mucho en los innumerables trajes de esta señora (¿uno por día?, ¿365 al año?), pero la portada de La Gaceta me llamó poderorsamente la atención.
Comentar estas cosas en clase, enseñar a nuestros alumnos a mirar por detrás de las cortinas de los teatros que monta la s
ociedad del espectáculo y la
videopolítica, resulta imprescindible para desarrollar su
espíritu crítico.
Y es que los mensajes de más calado en la sociedad de las pantallas, los que llegan más al subconsciente, no son precisamente los verbales.
Atentos todos, que tendremos más llamativas puestas en escena en los próximos días y semanas.